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Escuela Lo Narváez: Líderes en el cuidado medioambiental

 3 Dic 2019      Categorías:  Comunidad , Liderazgo Pedagógico

La clasificación de residuos, el reciclaje de papel y de plásticos son algunas de las actividades realizadas en esta escuela básica. Luego de diez años de trabajo, hoy son considerados pioneros en el cuidado medioambiental.

El año 2007 dieron sus primeros pasos, con uno que otro percance, principalmente vinculados al proceso de adaptación con el nuevo proyecto educativo, como comenta Guillermo Pimentel, director de la institución. Su ejemplar labor, les ha permitido viajar a diferentes países como Francia, Uruguay y, recientemente, a España, donde han tenido la oportunidad de compartir su experiencia con el reciclaje a nivel internacional. 

Al ser consultado por los inicios de todo el proceso, Guillermo menciona que “se fue dando de a poco. En algún minuto nos fuimos perfeccionando y llegamos a lo que tenemos hoy, aunque la consolidación fue cuando decidimos incorporar una asignatura obligatoria para todos los cursos, que se llama "Medioambiente". 

¿Cómo fue la recepción desde la comunidad educativa? 

Inicialmente lo miraron con recelo, tanto profesores como apoderados. Con estos últimos fue más difícil, porque ellos están más alejados de la realidad del establecimiento. Es normal tener un poco de miedo de asumir tareas nuevas. En algunos casos, hubo docentes que aceptaron el cambio, pero al final ellos hacían sus clasificaciones de desechos y luego mezclaban todo en un basurero. Costó muchísimo que la comunidad entendiera que éste era un problema de todos y que, efectivamente, era factible trabajar con los desechos y separarlos… ¿Con quién costó más? Definitivamente, con los adultos. Ellos se demoraron, al menos, dos años en entender que éste era un trabajo que debíamos asumir en conjunto.

¿Cómo se involucran los y las estudiantes en esta iniciativa? ¿Cuáles han sido los resultados de ello?

Los niños están absolutamente involucrados, sobre todo a través de la asignatura de Medioambiente, la cual está secuenciada dependiendo del nivel, desde los más pequeños a los más grandes. Hay un programa para cada curso, en tercero -por ejemplo- empiezan como más "en serio", haciendo plantación externa; en cuarto ya trabajan en invernadero, en quinto trabajan el papel, en sexto trabajan el plástico, en séptimo se encargan del compost y de la tierra de hojas. Ya llegando a octavo, se hacen cargo del trabajo con las lombrices y abejas.

En relación a los resultados del establecimiento, Guillermo resalta el crecimiento de la comunidad. En un comienzo eran alrededor de 148-150 estudiantes y hoy bordean los 220.

“Lo que vale la pena destacar, es que hemos mejorado significativamente la convivencia, así como también la disciplina. Los niños -desde pre kinder a octavo- aprenden que es fundamental respetar a los seres vivos con los que convivimos. Por lo tanto, al entender este concepto, saben que debemos compartir el agua, el oxígeno, convivimos también con los árboles que nos rodean... gracias a lo anterior, aprenden, además, a respetarse entre ellos mismos”, añade Pimentel.

¿Qué otros cambios ha habido con respecto a la convivencia escolar?

En nuestra escuela, a medida que los y las estudiantes crecen, tienen mejor disposición a respetarse. Siempre hay excepciones, pero considerando las características sociales y de vulnerabilidad de nuestra institución, lo esperable sería que tuviéramos más problemas de disciplina de los que aquí se dan. Tampoco se dan agresiones verbales hacia los profesores u otras personas de la comunidad educativa, no hemos registrado malos tratos de parte de nuestros alumnos/as.

¿Cómo se conecta el cuidado del medioambiente con el trabajo en el resto de las asignaturas?

Todos los profesores y profesoras tienen la convicción de que en la medida que puedan conectar su asignatura con el medioambiente, lo van a hacer. Nosotros hacemos una especie de control con la unidad técnica, una o dos veces al año, para ver de qué manera han podido hacerlo. Ahora, sin duda, nos falta hacer un currículo de matemática, de ciencias o de lenguaje, algo más formal, donde, efectivamente, estén insertas temáticas relacionadas al cuidado del medioambiente.

Te pongo un ejemplo, nosotros tenemos un concurso de poesía que realizamos todos los años y que lo organiza la profesora de castellano. El año pasado el tema fue los incendios forestales, en otro el cuidado de las mascotas y este año abordamos el cuidado del agua.

¿Se incluye a los apoderados en esta labor? ¿De qué manera?

Cuando comenzamos, el trabajo de los apoderados y apoderadas prácticamente no existía. Los más pequeños -sobre todo de la enseñanza pre básica- empezaron a preguntar por qué en su escuela había tres basureros y en sus casas no (aunque ahora ya no son tres, sino seis). Eso generó que los mismos apoderados se acercaran a preguntar por la clasificación de la basura y, así, se comenzaron a involucrar más en la práctica. Debido a esto, y al interés que han presentado, estamos preparando algo para el próximo año, para incorporarlos/as como monitores, para hacer talleres.

La importancia de un buen equipo

Para lograr ser pioneros en el cuidado medioambiental, fue necesario el compromiso, la colaboración y la coordinación de todos los y las integrantes de la comunidad educativa. El equipo directivo -compuesto por Guillermo, la jefa de UTP y el encargado de convivencia- junto al equipo de gestión, fueron un pilar para desarrollar y sostener el proyecto educativo del establecimiento.

¿Cómo se involucra el equipo directivo y de gestión en el proyecto educativo de la escuela? ¿Quiénes lo componen?

Al entrar, cada uno/a es consciente de los cuatro pilares que rigen a nuestra escuela, que son: 1) Acá todos los niños aprenden y son felices, 2) Como institución trabajamos por el cuidado del medioambiente, 3) Velamos por el respeto y promoción del folclor y 4) Todos y todas las estudiantes deben estar dispuestos a desarrollarse a través del deporte, la recreación y la alimentación saludable. Para este último punto, como establecimiento, tenemos el doble de horas para educación física. Quien trabaje con nosotros debe conocer y aceptar todos estos puntos.

En cuanto al equipo de gestión, es participativo, democrático y tiene mucha relevancia en la toma de decisiones, lo integran personas que los mismos colegas eligen. Está compuesto por el equipo directivo, un representante de los profesores del primer ciclo y uno del segundo, un asistente de la educación y un profesor/a del Proyecto de Integración Escolar (PIE).

¿Consideras que esta tarea debería ser una labor potenciada por el Estado para mejorar las condiciones ambientales del territorio? ¿Por qué?

¡Sin lugar a dudas! Yo creo que aquí la gran misión es crear una asignatura obligatoria en todas las escuelas de este país, una que tenga un currículo mucho más preparado que el nuestro. También debiera capacitarse a docentes en el área, para que ellos/as tengan más herramientas. Es necesario que el Gobierno potencie el área medioambiental en el aula.

Si existieran otros líderes interesados en potenciar el cuidado medioambiental en su escuela e incluirlo en su proyecto educativo, ¿cómo le recomendarías que lo hicieran? Y ¿qué beneficios destacarías de potenciarlo?

Mi recomendación para quienes quieran comenzar en este camino es partir con la clasificación de desechos, un proyecto ambientalista requiere de esta tarea y de una claridad sobre qué hacer con ellos, a dónde los van a llevar. 

Uno de los mayores beneficios de nuestro trabajo ha sido la convivencia escolar, ya que sin ella las y los docentes no pueden realizar su labor, esa es la base para realizar las clases, así como también el respeto. Debemos cambiar esta mirada de escuelas llenas de cemento por unas llenas de árboles con espacios abiertos con aire para poder respirar. 

 

Para acordar visitas al establecimiento y conocer de cerca la experiencia de la Escuela Lo Narváez, de Olmué, puede escribir a: pimentelquillota@yahoo.es

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