EduGlobal: Santiago Rincón-Gallardo, académico de la Universidad de Toronto: “En la relación entre profesor y alumno no sólo se juega el aprendizaje, sino también la democracia”

 18 Jun 2018      Categorías:  Prensa, Entrevista

Fuente: EduGlobal

 

El prestigioso experto fue uno de los expositores del seminario internacional que LIDERES EDUCATIVOS, Centro de Liderazgo para la Mejora Escolar, realizó la semana pasada en Santiago y Valparaíso. Invitado por la OCDE a participar como experto externo del equipo de revisión del último informe emanado del organismo sobre la realidad de la educación en Chile, plantea que el llamado núcleo pedagógico, la colaboración y el trabajo en red son factores clave para fortalecer la calidad en este ámbito.

A nivel internacional, Santiago Rincón-Gallardo es uno de los exponentes más destacados en el área del liderazgo para la mejora educacional. Poseedor de un doctorado en Política Educacional, Liderazgo y Práctica Pedagógica de la Universidad de Harvard y autor de numerosos artículos especializados y libros, este experto de origen mexicano completó sus estudios postdoctorales en el Ontario Institute for Studies in Education, de la Universidad de Toronto (Canadá). Hoy es investigador invitado de esa casa de estudios y una de las piezas claves del equipo investigador que lidera el renombrado Michael Fullan.

Entre otras cosas, Santiago Rincón-Gallardo es conocido por haber sido parte del equipo impulsor de las Redes de Tutoría en su México natal. Entre fines de los ’90 e inicios de este siglo, éstas generaron en dicho país un inédito mejoramiento en el rendimiento educacional de comunidades históricamente marginadas. Asimismo, la OCDE lo invitó a ser parte del equipo revisor del estudio “Evaluación de Políticas Nacionales de Educación: Educación en Chile”, presentado por el Mineduc en noviembre del año pasado.

Rincón-Gallardo regresó a Chile recientemente, como uno de los expositores internacionales del seminario “Liderazgo Distribuido para el Aprendizaje en Red: Fortaleciendo la Colaboración”, desarrollado por LIDERES EDUCATIVOS, Centro de Liderazgo para la Mejora Escolar. En la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, presentó una conferencia donde profundizó en las razones que han convertido a la colaboración y el trabajo en red en factores clave para potenciar los resultados educacionales, en diversos contextos alrededor del planeta. Explicó, asimismo, por qué el llamado núcleo pedagógico debe ser el corazón de cualquier iniciativa que busque progresos sustanciales.

La OCDE plantea en el estudio en el que participaste, que la calidad y la equidad en la educación no se contraponen, sino que se refuerzan mutuamente. ¿Cuál es a tu juicio el rol que cumple el liderazgo escolar en Chile a la hora de buscar esta sinergia?

Lo que la OCDE ha concluido es que la excelencia se adquiere a través de la equidad, es decir, que no son dos metas separadas, sino que se pueden y se deben lograr de forma simultánea.  Respecto a lo que pueden hacer los líderes educativos, creo que uno de los puntos ciegos que han tenido las políticas de equidad en muchas ocasiones, es cambiar el núcleo pedagógico –el vínculo entre educadores y estudiantes en la presencia del contenido. La mayoría de las intervenciones educativas dirigidas a las comunidades históricamente marginadas han sido remediales, ofreciendo lo mínimo aceptable, y prestando poca o nula atención al núcleo pedagógico. Por otro lado, la inyección de recursos por sí misma no mejora las oportunidades de aprendizaje de los estudiantes. Si no se transforma el núcleo pedagógico de forma sustantiva, el dinero a fin de cuentas no hace mucha diferencia. Lo que los líderes pueden hacer, entonces, es crear intervenciones o modos de trabajo que influyan directamente en cambiar las condiciones de aprendizaje de los estudiantes, la naturaleza del trabajo que se les pide hacer en las escuelas y el vínculo que los educadores establecen con ellos. Algo que resultó exitosamente en iniciativas como las Redes de Tutoría en México y la Escuela Nueva en Colombia, es llevar las mejores pedagogías a esas comunidades marginadas.

¿Por qué es tan importante el núcleo pedagógico?

En el núcleo pedagógico se juega el aprendizaje. Lo que los estudiantes aprenden es función de lo que les pedimos que hagan. Pero en el núcleo pedagógico se juega también la democracia, en el sentido de que la relación entre profesor y estudiante, es un modelo a pequeña escala de la relación entre el Estado y el ciudadano. Convencionalmente, esta relación ha sido sumamente vertical, donde está muy claro quién controla y ordena, y quién obedece y sigue las instrucciones. Este tipo de vínculo es muy bueno para el control y la custodia, pero no es muy bueno para el aprendizaje, ni tampoco para la democracia. Si nuestra finalidad es el aprendizaje y la democracia, tenemos que crear relaciones de diálogo y aprendizaje mutuo, donde los estudiantes tengan mucha más libertad para tomar decisiones, hacerse responsables de sus acciones y equivocarse para aprender.

¿Cómo se puede cambiar el núcleo pedagógico desde adentro?

Los líderes no necesariamente tienen la capacidad de estar en todas las salas de clases con cada profesor, pero tienen maneras de influir intencionadamente en los cambios del núcleo pedagógico. Está demostrado que una de las acciones más exitosas que los directores pueden tomar es crear las condiciones para que todos los profesores aprendan a mejorar su práctica, y ellos aprender a la par, con ellos, sobre qué está funcionando o no en el establecimiento. Para esto, deben crear entornos de colaboración donde los docentes trabajen juntos, siendo fundamental que analicen qué están aprendiendo los estudiantes, y qué tan profundo está llegando ese aprendizaje. Los directores pueden además darse el tiempo para visitar aulas y conversar con algunos alumnos para preguntarles qué están haciendo y por qué. Con base en lo que escuche de los estudiantes, puede transmitirle al docente, con respeto y siempre de forma constructiva, qué percibió en las respuestas de esos estudiantes y lo que éstas revelan sobre lo que están aprendiendo o no, y con qué profundidad.

¿Por qué es tan importante que las escuelas trabajen de forma colaborativa, tanto internamente como entre ellas?

Está demostrado que los equipos de las organizaciones más efectivas, primero tienen una colaboración muy robusta. La gente se ve y conversa mucho, tanto formal como informalmente, sobre su práctica pedagógica concreta y sobre el aprendizaje de los estudiantes. Pero al mismo tiempo, se conectan con grupos externos. Eso es importante porque cuando se tiene una comunidad muy fortalecida al interior pero desconectada del exterior, puede suceder que llegue el momento en que el grupo simplemente recicla las mismas ideas una y otra vez. Ver hacia fuera ayuda a descubrir los puntos ciegos que tiene el trabajo que se está haciendo, y también ayuda a obtener nuevas ideas, para aplicarlas en el propio contexto y establecimiento.

Dentro de lo que has podido observar en Chile, ¿qué crees que falta para potenciar aún más ese trabajo en red?

Creo que el trabajo que está haciendo LIDERES EDUCATIVOS empieza a moverse en muy buena dirección. Estuve con algunos de los establecimientos que forman parte del proyecto y hay varios signos de que hay un progreso muy importante, a pesar de que el Centro lleva muy poco tiempo. Los directivos ya asimilaron que es crucial propiciar entornos de confianza en sus equipos y ya no existe ese discurso de culpar a los estudiantes y sus familias, sino que se están concentrando en lo que pueden cambiar para mejorar las oportunidades de los estudiantes, entre otros avances. Lo que falta para llegar más lejos, es definir con más precisión, colaborativamente, qué aprendizaje queremos para ellos y qué prácticas pedagógicas específicas son las más apropiadas para cultivar dicho aprendizaje. También generar procesos cíclicos de indagación y acción, donde se examine constantemente la práctica y el impacto que esta está teniendo en el aprendizaje de los estudiantes. Esto, para irla refinando y cambiando en función de lo que vemos que está resultando y lo que no.