Kim Schildkamp, académica de la Universidad de Twente de Países Bajos: “No se puede mejorar la educación basándose únicamente en datos, pero tampoco se puede mejorar basándose únicamente en la experiencia y la intuición”

 25 Nov 2025      Categorías:  Noticias, Entrevista , Gestión de datos , Investigación

Durante el mes de noviembre, Kim Schildkamp visitó nuestro país para ser parte del Seminario Internacional “Toma de decisiones pedagógicas en Educación Media: ¿Qué datos y para qué propósitos?”, organizado por el Centro Líderes Educativos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Evento que reunió a investigadores, directivos escolares y representantes de organismos públicos en torno a la temática de uso de datos para la mejora educativa en nuestro país.

Kim es profesora de la Universidad de Twente de los Países Bajos. Su investigación se centra en la toma de decisiones basada en datos y la inteligencia artificial para el desarrollo profesional. En su última visita a Chile, la doctora compartió sus principales hallazgos y motivaciones para dedicar su trabajo en esta temática que, con los años, ha ganado terreno y reconocimiento como una herramienta clave en los procesos de mejora escolar.

De esta forma, la investigadora destacó que su estudio postdoctoral se centró en cómo el profesorado y el equipo directivo utilizan los datos. En este contexto, su principal hallazgo demostró que si bien existen múltiples fuentes de datos útiles en las escuelas, muchas veces los equipos no los utilizan. Así, Schildkamp reconoce que es necesario implementar un apoyo y desarrollo profesional en el uso de datos dentro de los establecimientos, que les permita reconocer qué datos y cómo utilizarlos en búsqueda de una mejora continua.

Uso de datos con propósito en educación

Al ser consultada sobre qué datos utilizar para mejorar la toma de decisiones profesionales en una institución educativa, la doctora señaló que los datos deben partir de una pregunta, un propósito o una meta. Esto determina qué datos son útiles. Por ejemplo, si el objetivo es mejorar el rendimiento estudiantil, el punto de partida es analizar los datos de rendimiento para determinar cuáles son los resultados actuales y los deseados. A continuación, es necesario identificar las posibles causas del bajo rendimiento y recopilar datos sobre ellas”.

De esta manera, enfatiza en que es importante no comenzar con los datos en sí, sino con objetivos concretos, por ejemplo, un problema que se busca solucionar. Aquí, lo recomendable es, con base a la colaboración, utilizar diferentes fuentes de datos, tanto cuantitativas como cualitativas, e incluir la voz de los estudiantes.

En este contexto, Kim señala que, recientemente, en sus estudios han comenzado a centrarse en el rol del alumnado en el uso de datos. En lugar de fuentes de datos pasivas, queremos que se conviertan en agentes activos de cambio en la escuela. Muchos sistemas en todo el mundo han comenzado a priorizar la participación, el involucramiento y la agencia estudiantil”, puntualizó.

De esta forma, destaca que “el primer paso, entonces, es que el profesorado y el equipo directivo escolar utilicen los datos sobre la opinión del alumnado para mejorar la educación. A continuación, el profesorado, el equipo directivo escolar y el alumnado podrían utilizar estos y otros tipos de datos conjuntamente para mejorar la educación. Esto tiene la ventaja adicional de que el alumnado también trabaja en su alfabetización en datos, una competencia importante en la sociedad actual, rica en datos”.

Conocimiento, experiencia y uso de datos: Combinación clave para la mejora escolar

Según los estudios de Schildkamp, para un uso eficaz de datos es clave la relación entre ellos y la confianza del profesorado. “Empezamos con los docentes, su confianza, experiencia y conocimientos y, con base en ello, identificamos posibles problemas en los que trabajar. Esto se verifica con datos. A continuación, se identifican las posibles causas de los problemas, basándonos también en el conocimiento, la experiencia y la intuición del profesorado, que posteriormente investigamos con base en los datos”, señaló.

“Una vez aclaradas las causas del problema, es necesario desarrollar medidas de mejora. Dado que los datos nunca pueden indicar exactamente qué hacer, es aquí donde se combinan con el conocimiento y la experiencia del profesorado, que conoce el contexto de la escuela y de los niños. No se puede mejorar la educación basándose únicamente en datos, pero tampoco se puede mejorar basándose únicamente en la experiencia y la intuición. Necesitamos combinar las fortalezas de ambos”, destacó la investigadora.

De esta forma, fue enfática en señalar que los estudios demuestran que combinar el conocimiento y la experiencia de docentes y líderes escolares con datos, permite tomar mejores decisiones y, en última instancia, mejorar la educación. Por ejemplo, en términos de un mayor rendimiento estudiantil”.

Escuelas con una cultura basada en datos

Finalmente, la experta mencionó que la principal característica de un establecimiento que ya tiene construida una cultura basada en datos, se reconoce por partir siempre sus análisis y toma de decisiones desde un propósito y no desde un dato. Además, se destacan porque el uso de datos es una rutina organizacional. Es decir, los líderes escolares y el profesorado los utilizan, y la colaboración en torno a su uso es visible, por ejemplo, en las reuniones de equipo. Las decisiones importantes se basan en datos, no solo en la intuición”.