Entrevista a Lorena Barahona, directora de la Escuela Pedro León Gallo del SLEP Atacama: “El liderazgo distribuido es transformar la forma en que se relacionan los profesionales de la escuela”
10 Nov 2025 Categorías: Actividades de centramiento, Sin categoría
La directora de la Escuela Pedro León Gallo del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de Atacama lidera en su establecimiento una práctica de liderazgo distribuido que ha transformado la manera de realizar observaciones al aula, poniendo como protagonistas a sus propios docentes.
Durante el presente año, el Centro Líderes Educativos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), realizó el curso llamado “Liderazgo distribuido”, destinado a equipos directivos y líderes medios del SLEP Huasco y SLEP Atacama. Este programa se desarrolló en el marco del Plan Atacama del Ministerio de Educación. Iniciativa que busca generar un impacto tangible en el aprendizaje de los y las estudiantes de la zona, además de la reconstrucción de confianza en su sistema escolar.
En este contexto, se dieron a conocer algunas prácticas de liderazgo distribuido que se estaban realizando en la región, las cuales se presentaron públicamente a toda la comunidad educativa participante del Plan. Entre ellas, se dio a conocer la práctica de liderazgo distribuido que encabeza la directora Lorena Barahona, de la Escuela Pedro León Gallo del SLEP Atacama.
Según Lorena, la práctica del establecimiento consiste, principalmente, en haber creado un sistema ordenado de acompañamiento y observación al aula, liderado por directivos y docentes pares/líderes medios. De esta forma, el proceso tiene un ciclo de aprendizaje y práctica constante, el cual está compuesto por cuatro etapas: La primera, es el diseño y creación conjunta de pautas, en donde se generan herramientas comunes para observar, asegurando tener los mismos criterios e indicadores de calidad para todos; la segunda, corresponde al acompañamiento y la observación en aula, aquí los observadores aplican una pauta objetiva para tener datos sobre cómo se está enseñando; la tercera, corresponde a la tarea de generar retroalimentación útil, esta etapa busca dar un feedback que tenga impacto, pensando siempre en el crecimiento docente; por último, se encuentran las reuniones de revisión y ajuste, que son espacios dirigidos por el jefe de UTP para asegurar que el apoyo sea constante y de buena calidad.
En este escenario, Lorena destaca que gracias a esta práctica “dejamos de centrarnos en el control y empezamos a confiar en la forma de enseñar. Al valorar la experiencia de los profesores que observan a sus compañeros, logramos que el acompañamiento llegue a más docentes y educadoras. Asimismo, fortalecemos la confianza entre todos, lo que es clave para cambiar las prácticas y metodologías aplicadas al aula”.
De esta forma, Lorena sostuvo que “los acompañamientos aportan guiando a los docentes para reflexionar acerca de sus clases. Lo importante ha sido mantener una forma común de todos los observadores para planificar el acompañamiento y, posteriormente, retroalimentar: el liderazgo distribuido es una inversión en la capacidad profesional de cada profesor, tanto docentes observadores como docentes acompañados”.
Facilitadores y obstaculizadores de un liderazgo compartido
Alguno de los facilitadores para levantar y mantener esta práctica, que reconoce la líder, son el equipo profesional con características de líderes medios que aportan a un ambiente positivo en la escuela con ganas de aprender y apoyar a sus colegas. En segundo lugar, la posibilidad de cambiar la forma de hacer las cosas y, finalmente, el hecho de que aumenta la confianza, a través del reconocimiento del saber de los profesores, haciendo de una escuela más abierta a los cambios. Mientras que el principal obstaculizador que identifica, es la falta de tiempo y algunos problemas en la organización.
Según señaló la directora de la Escuela Pedro León Gallo, “el liderazgo distribuido, en nuestra escuela, es disponer de las habilidades de todos para mejorar la forma de enseñar, es decidir a propósito que la responsabilidad de mejorar no sólo sea del equipo directivo, sino también de los líderes medios y los profesores, creando juntos una visión compartida, que nos ayude a concentrarnos en los objetivos que tenemos y en realizar tareas y análisis en conjunto. Siempre pensando en que la modificación de las prácticas impacta en los docentes y, con el tiempo, esperamos que los estudiantes aprendan mejor y poder medirlo”.
Aprendizaje y motivaciones
La práctica, que ya cuenta con algunos logros, según comentó la directora, también cuenta con importantes proyecciones: “me imagino que en 5 años más el liderazgo distribuido estará completamente integrado y será algo natural. Habrá pasado de ser sólo un “programa” a ser nuestra forma de trabajar, en donde se optimice el tiempo en desarrollar dialogo pedagógico y reflexiones profundas, referente al impacto de las prácticas pedagógicas en los aprendizajes que logran nuestros estudiantes”.
Los principales logros, que reconoce la directora en el establecimiento, es el aumento de la confianza entre el equipo profesional de la escuela, mejorando considerablemente la cultura escolar; y el aumento en un 31% el acompañamiento al aula, permitiéndoles modificar algunas prácticas pedagógicas, en búsqueda de la mejora.
Consejo para otras y otros líderes educativos
Finalmente, la directora entrega a sus pares un consejo para quienes deseen implementar este tipo de liderazgo dentro de su establecimiento: “Primero, recomiendo concentrarse en distribuir la confianza y el poder. El liderazgo distribuido es transformar la forma en que se relacionan los profesionales de la escuela, no sólo repartir tareas, si no co-contruir, analizar y llegar a consensos. Es muy relevante respaldar las decisiones y proyectos que propongan. Segundo, comiencen con una estrategia pequeña, pero importante para el desarrollo de la escuela, por ejemplo, el Plan Anual de Lectura. Luego, validen a los docentes e identifíquenlos como líderes medios, porque influyen y enseñan a otros, y proporciónenles lo que necesitan (capacitación) y horas para motivarlos”.