La oportunidad de ser directora no la encontré en mi comuna, tampoco en mi propia ciudad o región, sino que en un lugar recóndito y hermoso llamado Lebu. En esta ciudad, capital de la Provincia de Arauco, he conocido a buenas personas, según yo, diamantes en bruto con muchas potencialidades que solo necesitaban una oportunidad. También, en este lugar, he aprendido en carne propia lo dañino que puede ser para una comunidad educativa una mala dirección, acompañada de falta de liderazgo y bajas expectativas.

Soy directora por primera vez. Cuando decidí postular al cargo, estaba esperanzada en que al ejercer mi rol podría impactar de una manera significativa, y a su vez positiva, tanto en el aprendizaje de mis estudiantes como en las condiciones laborales de mis colegas. Sin embargo, al asumir me encontré con muchos aspectos que desde mi rol como docente no lograba percibir. La frase “otra cosa es con guitarra” me hizo más sentido que nunca.

Comencé a ser directora con escaso apoyo y compañía. La loca y nueva aventura de dirigir una escuela me hacía muy feliz, tenía muchas esperanzas y motivaciones, han de entender ustedes que es la primera vez que gano un concurso público y que me costó mucho lograrlo. Asistí a innumerables entrevistas, en diferentes comunas y ciudades. Me desanimé cuando no era escogida y me volví a esperanzar cada vez que quedaba en alguna nueva selección… hasta que me resultó.

Desafortunadamente llegué a una escuela que no era la que yo imaginaba. Me encontré con un ambiente inhóspito, con muchas necesidades y problemáticas por resolver. Deseaba encontrar a alguien cercano a quien formular consultas, quien me pudiera apoyar propiciando otras miradas. En esta búsqueda encontré refugio fuera de la escuela.

Para mí fue fundamental el apoyo de la Jefa DAEM, quien me aconsejó y se dio el tiempo de resolver muchas de las interrogantes que surgen desde la inexperiencia. Muchas veces se ven las jefaturas DAEM como enemigos, altos mandos que traban el trabajo de las escuelas más que apoyan y acompañan las acciones de mejora. Pienso que las jefaturas DAEM son clave para los directores porque orientan el quehacer, entregan lineamientos generales y permiten comprender desde una mirada más sistémica el rol de las escuelas.

La preocupación constante en cuanto a cómo se estaba desarrollando mi gestión en la escuela fue un aspecto central del apoyo propiciado por el DAEM. A veces no debía ni siquiera contarle que pasaba porque ella ya estaba enterada, me brindó su compañía en momentos difíciles tanto con los docentes como con los apoderados. Siempre existió un trato humano que generó una confianza que permitió que yo desempeñara mejor mi trabajo.

Considero que para los directores contar con el respaldo del DAEM es fundamental. Existen muchos aspectos administrativos que se deben realizar respetando protocolos que no todos conocemos en profundidad, especialmente los directores que ejercemos por primera vez. Recuerdo lo engorroso que fue entender el proceso de inversiones SEP a través del PME, plantear acciones e inversiones del Proyecto de Integración Escolar en conjunto con los diferentes proyectos que propone el MINEDUC, entender la dinámica de los contratos docentes, entre otros. Si bien son elementos propios del ámbito administrativo, es necesario contar con apoyo en la elaboración porque nadie te enseña, vas aprendiendo en el camino.

Lamentablemente, se que el apoyo dado por mi jefa DAEM es una excepción dentro de la realidad que viven la mayoría de los directores escolares nóveles. Muchas veces los jefes DAEM son obstaculizadores porque no logran apoyar a los líderes escolares en razón a sus características, necesidades e intereses. Tengo fe en que este aspecto se mejorará a través de la nueva educación pública y los servicios locales, porque no sólo los directores debemos formarnos sino también las personas que ostentan cargos en jefaturas a niveles comunales y provinciales. Esto con la finalidad de recibir apoyo estratégico y eficaz en la tarea de liderar las escuelas. Espero que el apoyo que yo recibí también lo puedan experimentar otras comunas y fundamentalmente los nuevos líderes escolares del futuro.