En mis quince años de trayectoria profesional, he trabajado en el sistema municipal y también en el particular subvencionado. Mi primera experiencia docente fue dentro del sistema particular subvencionado. En éste, como parte del equipo directivo, uno de los desafíos permanentes era convencer al sostenedor de la importancia de invertir en las áreas de infraestructura, capacitación de profesores y en recursos de aprendizaje. Además de influir de forma frecuente en la mejora de los procesos administrativos, en la utilización de recursos e incluso en el trabajo con los apoderados. De modo, que aprendí que la capacidad de negociar con el sostenedor es uno de los pilares clave que posibilita u obstaculiza el trabajo de los colegios.

Para mí, las ventajas del sistema particular subvencionado radican principalmente en que los cambios pueden ser rápidos, la burocracia casi no existe, o por lo menos no al compararlos con los niveles en la educación municipal. En general, se puede responder a procesos que muchas veces ni siquiera involucran aspectos emocionales. Son instituciones que responden a la eficacia en función de sus metas. Pero no dejan de ser culturas pragmáticas y en ocasiones más simples. Por lo mismo, sentí que debía proponerme nuevos rumbos.

Una vez terminada esta etapa de mi carrera me propuse un nuevo desafío; el participar en concursos de alta dirección pública. Así, postulé como director en dos comunas; Isla de Maipo y Pudahuel. La motivación principal de mi postulación estaba en la posibilidad de aportar a la educación municipal y en la venidera futura educación pública. Después de una serie de etapas recibo el llamado de la Corporación Municipal de Pudahuel comunicándome que había ganado el concurso para ser director en la Escuela Puerto Futuro.

Era mi primera vez como director de un establecimiento y también trabajando en el sector municipal. Una vez instalado en la escuela, comenzaron diversos desafíos donde inicié un periodo de adaptación de casi de un año. Durante este período, me dediqué a conocer y observar el funcionamiento de los distintos estamentos; alumnos, profesores, asistentes y apoderados. Esto para entender cómo funcionaba la escuela y conocer su cultura.

Primeramente me focalicé en conocer al equipo docente, me di cuenta que son personas que han vivido la procesión de la educación pública, con carencias, falta de recursos y muchas necesidades, que en más de alguna ocasión han sido cubiertas por ellos. Esto paulatinamente con la implementación de la Subvención Escolar Preferencial ha ido quedando atrás. Es ahí donde me pregunto ¿la realidad del profesor de la escuela municipal es adversa?

Al introducirme al mundo de los estudiantes me encontré que es ahí donde está la gran adversidad, la vulnerabilidad dura, la falta de motivación y el escaso apoyo de los padres, ¿Cómo se avanza con una diversidad de aprendizaje tan amplia?, ¿cómo apoyo al estudiante cuando casi toda si familia está privada de libertad? Realidades que para mí eran desconocidas, pero que para los profesores de mi escuela eran una realidad diaria.

Y es aquí donde vuelvo al inicio pensando las diferentes culturas que se dan en las escuelas y los sistemas. Una vez me preguntaron; si tú tuvieses que elegir entre el particular subvencionado y el municipal, ¿con cuál te quedarías? Y yo respondí que no puedo escoger porque son distintas culturas. No puedo decir a un lonco mapuche que use el vademécum y a un médico que recete hierbas medicinales porque son distintas culturas. Es por esto que respondí me gusta la educación pública porque mi deber como director es convencer a los profesores que podemos hacerlo mejor y que tenemos que movilizarnos a la mejora con todos los talentos que han desarrollado durante años, que deben entregar los mejor de ellos porque en ese espacio está el crecimiento de las instituciones y el futuro de cada uno de los estudiantes que llega a nuestra escuela.

Un profesor decía: un director nuevo, un nuevo overol. Y yo les dije es un nuevo overol que debe terminar completamente gastado por el esfuerzo y por los cambios y mejoras que desarrollaremos todos juntos en un período determinado. Desde mi experiencia, tanto la educación municipal y subvencionada necesitan ser guiadas por líderes con criterio, afecto, energía y principalmente amor por lo que hacen.  Solo así será posible entender cuándo la cultura escolar debe ir cambiando en función de las nuevas generaciones.