Nunca olvidaré la cara que puso ese simpático director frente a mi pregunta. Simple pero potente. Así, entre preguntas, lecturas, observaciones y mucha reflexión, se fue dando la dinámica de las sesiones de trabajo con los directores noveles que tuve a cargo por 4 meses. Cada 15 días, junto a los otros 7 mentores de la Pontificia Universidad Católica Valparaíso, recorríamos las casi 40 escuelas municipales de la región que se unieron al programa de inducción al cargo de director en establecimientos municipales.
Unos, en la cordillera, otros en los valles, otros junto al mar. Tan diversos paisajes como mentores y directores participamos de este proceso de acompañamiento y aprendizaje mutuo. Digo proceso, pues la clave es desplegar un aprendizaje continuo basado en la permanente búsqueda e inquietud por aportar a la educación de nuestro país, aun estando muchos de nosotros, retirados del sistema escolar.
Si me preguntan, ¿cuál es la clave de la mentoría con directores que ejercen por primera vez el cargo? La respuesta en base a mi experiencia es la confianza. Desde allí, se puede construir una relación de aprendizaje profesional entre mentor y director principiante. Esto porque para apoyar el desempeño en el cargo de otro, es necesario conocer las debilidades, y ante un desconocido o alguien en quien no confiamos es difícil. Trabajar con las debilidades del líder para transformarlas en fortalezas que impacten en la comunidad escolar, nunca olvidando que los niños, niñas y jóvenes necesitan adultos despiertos, observantes, oidores y entendedores de lo que les está pasando a ellos en una sociedad tan compleja como la nuestra, fue mi foco.
La mentoría es un proceso de co-aprendizaje. Por eso, esta experiencia también significó abrir la oportunidad de reencontrarme con mis debilidades, mis fortalezas y mis creencias para ponerlos al servicio de los nuevos directores. He aprendido que ser mentora no significa tener todas las respuestas a las preguntas ni soluciones a los problemas, sino en reflexionar junto con los directores cómo podemos crear los puentes que acorten las brechas de aprendizaje y mejora en los establecimientos escolares a través del liderazgo escolar. Los directores, hoy más que nunca, se sienten solos y presionados, el contar con un mentor que acompañe su desarrollo profesional es clave para la mejora escolar. Como dice la literatura, los buenos directores no nacen son mentoreados.
Como me mentora me sumo a las experiencias logradas como equipo, tanto desde el punto de vista laboral, intelectual y de amistad que fué surgiendo en cada una de nuestras reuniones de coordinación.
En lo que respecta a nuestro trabajo con los directores noveles, el haber logrado su confianza, acompañado en los momentos que mencionaban sentirse solos y apoyarlos en las decisiones de gestión para la mejora de sus establecimientos escolares, fué una experiencia enriquecedora para ambos.
Estimada Cecilia y colegas mentoras, el haber participado en el inicio de éste Programa de Inducción ha sido para cada una de nosotras/os una experiencia enriquecedora empezando por nuestra selección, la inmersión a nuestro quehacer como mentores y finalizando en una jornada de análisis del trabajo ejecutado, que nos deja muy bien posicionadas/os para una próxima oportunidad de mentoría.
La experiencia profesional adquirida la atesoramos cada uno de nosotros como un tesoro bien guardado para que en el 2018, nuestro quehacer sea de un mejor apoyo y acompañamiento a los directores noveles.
Como señalan mis colegas mentores la confianza, la reflexión, nuestros aprendizajes, nuestras fortalezas, reconocer nuestras debilidades, las reuniones de coordinación enriquecedoras desde la teoría a la practica, han sido el mejor aprendizaje como educadoras que somos.
Indudablemente que un buen líder educativo potenciara sus equipos, su comunidad, sus estudiantes, todo ello se verá reflejado en una mejor gestión, buenos resultados, una comunidad activa y participativa en la formación y educación de los niños y jóvenes. Fundamental, es el trabajo en equipo y colaborativo, elementos que desarrollamos y potenciamos, en cada uno de los directores con los cuales trabajamos.
A partir de éste año los directores noveles no se encontraran más solos, tendrán apoyo y acompañamiento de parte nuestra. Con humildad, a partir de nuestra experiencia de ex directores y la formación entrega por la PUCV de Valparaíso, construiremos una mejor educación para nuestra región.
Cecilia: muy interesantes tus reflexiones. En general, comparto tus apreciaciones. El proceso de mentoría fue muy diverso de acuerdo a las diferentes realidades que tú describes.
Entre varios factores que influyeron, también creo que la generación de confianza, ha sido fundamental. En este sentido, quiero destacar la excelente disposición que tuvieron los Directores, a pesar que a veces se sienten muy presionados por las diferentes instancias que regulan el sistema educativo.
Además, cabe destacar el apoyo continuo y el espíritu de colaboración entre nuestro Coordinador y los Mentores. Creo que sembramos en terreno fértil para iniciar una transformación del Liderazgo de cada uno de nosotros los Mentores y Directores acorde con los principios de la Reforma en marcha.
También me pude dar cuenta que hoy en día el principio de la mejora continua se ha instalado en el sistema educativo.
Valoro el aprendizaje colaborativo que se produjo entre los diferentes actores del proceso de mentoría.El intercambio de experiencia fue muy enriquecedor.
Quiero resaltar la generación de acuerdos en las diferentes sesiones de trabajo lo que contribuyó a mejorar la Gestión Institucional y Pedagógica de cada uno de los Directores.
Finalmente, creo que estas reflexiones servirán de sustento para continuar mejorando nuestro trabajo.
Bien Cecilia. Comparto tu experiencia desde la mentoría. Es verdad que el acompañamiento del mentor parte desde una base de confianza de ambos, la buena disposición del director nóvel a este trabajo de crecimiento conjunto, de co aprendizaje y de ir aplicando las experiencias exitosas que se comparten ,a modificar conductas que en el camino no estén dando los resultados esperados, todo , en miras a lograr en su establecimiento, un ambiente de trabajo basado en el respeto, la colaboración entre directivos y docentes y un monitoreo periódico de prácticas cuyo análisis y toma de decisiones conduzcan a un proceso de enseñanza aprendizaje efectivo y de calidad en beneficio de los estudiantes.